Cuando camines por las calles de Sevilla sentirás el olor de las castañas asadas acariciando tu rostro y será imposible resistirte a la tentación de comprar un cucurucho. El trozo de papel que envuelve los sabrosos frutos todavía calientes contiene la historia de un emprendedor y un luchador. Él es Pedro. Desde los 14 años, sin importar el calor, la lluvia o el frío, se encuentra con alegría ante su brasero de carbones ardiendo. Se ubica en la avenida de la Constitución desde hace 17 años. ¡No olvides pasar por donde Pedro para que te deleite con sus deliciosas castañas y una amable sonrisa!